domingo, 13 de febrero de 2011

La libertad

La libertad
Sólo cuando lo perdemos todo somos libres para elegir. Lo demás no es libertad porque está condicionada a unas normas de conducta, una rutina, una sociedad, un entorno, una familia… (alineación)
Pero si partes de cero eres LIBRE, y la libertad la utilizamos para elegir nuestra propia esclavitud.
Esclavo de tus vicios, de tus pasiones, de tus sentimientos, de tu forma de ser, de lo material, del sistema…
La libertad es la capacidad para tomar tus propias decisiones sin ningún tipo de coacción.
En una sociedad no se puede ser libre, se es parcialmente libre. Porque la vida en sociedad requiere respetar al otro, con lo cual la libertad de uno empieza donde acaba la del otro.
Lo que nosotros llamamos libertad es una libertad incompleta. Serías totalmente libre si pudieses elegirlo todo, pero eso es imposible porque no todo está en tus manos. Empezando porque las sensaciones y sentimientos no se eligen. Por la tanto la libertad plena no se podría alcanzar nunca, ni siquiera en un estado de "salvajismo puro" y nuestra libertad se basa en sentirnos libres.
Podemos elegir tomar algunas decisiones sobre cuestiones que están en nuestras manos, y eso nos hace sentirnos libres y por eso decimos que lo somos.
Pero realmente sólo es un sentimiento. La libertad es incompleta e imposible.¡Me siento libre! y es un sentimiento tan fuerte que nos hace creernos realmente libres, pero no somos tan libres como pensamos. Sólo somos libres para tomar decisiones que están en nuestras manos.

Soledad

Aquel que no soporta estar solo, no se soporta a si mismo.
Lo veo a menudo, en especial en las personas que necesitan compulsivamente pareja por ejemplo.
No soportan estar solos porque no se soportan, no se quieren o no se conocen.
Yo he aprendido a disfrutar de la soledad, a conocerme y a quererme. El amor propio es fundamental en la vida, ¿como puedes gobernarla sin conocerte o quererte? quieras o no, la soledad es inevitable. Alrededor tenemos "compañeros" por definirlo en rasgos generales, pero el verdadero acompañante, el compañero que te seguirá toda la vida eres tu mismo. Si no te valoras, si no te quieres vas a estar mal acompañado.

Nada es definitivo

Una vez más he vuelto a comprobar que nada es definitivo, lo que hace más agradable mi existencia y la de todos en general. Es mejor tomarse la vida así, estamos sometidos a constantes cambios, cambios que se escapan de nuestras manos, pues no controlamos todo lo que quisiéramos.
"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Si nos reencontramos seremos distintos. Los humanos tendemos a pensar que los cambios son definitivos, gran error. Nos asustan los cambios, en mayor medida si condicionan nuestra vida. Pero para solucionar esto tenemos la capacidad de adaptación a ellos.
Cuando la situación cambia, hay miles de posibilidades nuevas. No es sano plantearse en tono fatalista que los cambios son definitivos.

El medio y el fin

En nuestra perspesctiva de vida solemos marcarnos un fin, como por ejemplo la felicidad. Una aspiración última. Pero no solemos darnos cuenta de que es mejor el camino que llegar al destino. El fin es algo difícil de determinar. Un fin, el final, ¿acaso se puede determinar un final?.
Podemos perseguir objetivos, metas, pero en esa búsqueda debemos ser conscientes del medio, más que del fin; debemos disfrutar del medio por el que conseguimos nuestras metas/objetivos/aspiraciones, y no tratar de perseguir un fin último, pues a fin de cuentas este no se puede determinar.

No te gusta una persona, te gustan los efectos que causa en ti

Cuando estás con alguien, cuando te gusta estar con esa persona y crees que es porque la persona te gusta, estas equivocado. No es la persona la que te gusta, si no te gusta lo que sientes cuando estas a su lado. Eres tú el que está sintiendo, siempre eres tu, el sujeto de tu propia vida, el que siente y padece, los demás son compañeros de sentimientos.
Es esa persona en ti, lo que te causa, lo que sientes, es el efecto de esa persona en ti, no es la persona la que te gusta, si no el efecto que causa en ti. Plantéate, que te gusta de ella. ¿Su personalidad? ¿Acaso la conoces tanto como para afirmar esto? ¿Cuántas veces no habremos salido con capullos o con idiotas, o con personas que no merecían la pena y lo sabíamos? ¿Te has preguntado por qué alguna vez? Por el efecto que causa esa persona en ti. Ese es el porqué.
Eres tu el que siente y padece, el sujeto de tu propia vida, eres tu el que siente, no te das cuenta de que lo que sientes por alguien es el EFECTO DE ESA PERSONA EN TI, no es la persona, eres tu, son tus propios sentimientos.

De esta manera olvidar no es complicado, porque puedo buscar unos efectos en otros brazos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Somos el universo

Después de no soñar
de darle vueltas al coco sin parar
de abusar de la excepcionalidad
sigo siendo yo.

Y es que siempre soy yo, yo en mi vida, o yo en mi mundo
llámalo como quieras, pero yo.

Con influencias, sentidos, sentimientos, fuentes de conocimiento, distracciones, frustraciones y un sin fin de cosas que me rodean, pero siempre yo.

Yo y el uiniverso, yo en el universo. Eso es lo que comprendo, que yo formo parte del universo, que estoy en él, pero que a la vez él está en mi. Él y yo estamos echos de la misma materia. Somos el universo, y a su vez pertenecemos a él.
Así avanzaremos al progreso, conociéndonos y conociendo lo que nos rodea, y siendo conscientes de que formamos parte de ello, y ello forma parte de nosotros.
¿Acaso no es maravilloso?

El deseo

El deseo
"Yo deseo algo, y cuando lo consigo, obtengo el placer".
Tacho esta afirmación de incierta, pues desear en sí es el placer por si mismo.
Desear conlleva tener una idea placentera en la cabeza, idea que produce la sensación de deseo.
El acto de conseguir ese deseo propuesto puede que no responda de ese placer esperado.
Por ejemplo: yo disfruto con la idea de hacer sufrir a alguien (idea común), pero si eso ocurriera, si ese deseo se cumpliera, lo más seguro es que no obtuviese ese placer esperado, ya que, he disfrutado con la idea, no con el acto.
Desear conlleva, entre otras cosas, disfrutar con una idea, que no necesita hacerse realidad para ser un placer, que no necesita llevarse a cabo para proporcionar el placer que se espera de un deseo, porque tan sólo el acto de desear es un placer en sí.
Lo dije una vez y lo reafirmo: cuando dejas de desear, te das cuenta de que desear es un placer en sí mismo.
Moraleja: desea cuanto puedas.

Felicidad

Descarto la felicidad como fin último del ser humano, me abro al conocimiento, las experiencias, la fantasía, la imaginación, las sensaciones y la búsqueda de uno mismo.
Lo que llamamos felicidad tal vez sólo sea satisfacción o placidez. No puede durar toda una vida, es fugaz, al igual que tampoco puede buscarse toda la vida, sería inútil buscarla o perseguirla, ¿por dónde vas a empezar a buscarla? ¿a caso la vas a ver?, por lo que no puede ser un objetivo.
Pienso que “la felicidad” llega, es una sensación que te invade, yo me considero feliz cuando aprecio todo lo que me rodea, disfruto de cada instante, y le saco partido; soy feliz disfrutando, y si ese disfrute después no tuvo consecuencias negativas, se podría decir que soy feliz, si no, que lo fui.
El tener problemas no impide ser feliz, pero si lo dificulta ese estado glorioso. Los problemas pueden influir en el estado de ánimo, quitan tiempo, pero aún así se puede seguir disfrutando de la vida, de lo que te rodea, de las pequeñas o de las grandes cosas, teniendo problemas, en eso consiste el arte de madurar y progresar.
Igualmente, la felicidad es tu propio estado, aquello que tu mismo sientes independientemente de quien te ayude a ser feliz, pero eres tu el que eres feliz, puede que con los efectos que causan en ti otras personas, o el mundo, pero eres tú, la felicidad depende de ti.

No es mi objetivo en la vida ser feliz, o buscar la felicidad, porque no es el fin de la vida, sino una forma de vivir, un medio para la vida. La felicidad no es un fin, es un medio.