miércoles, 9 de febrero de 2011

El deseo

El deseo
"Yo deseo algo, y cuando lo consigo, obtengo el placer".
Tacho esta afirmación de incierta, pues desear en sí es el placer por si mismo.
Desear conlleva tener una idea placentera en la cabeza, idea que produce la sensación de deseo.
El acto de conseguir ese deseo propuesto puede que no responda de ese placer esperado.
Por ejemplo: yo disfruto con la idea de hacer sufrir a alguien (idea común), pero si eso ocurriera, si ese deseo se cumpliera, lo más seguro es que no obtuviese ese placer esperado, ya que, he disfrutado con la idea, no con el acto.
Desear conlleva, entre otras cosas, disfrutar con una idea, que no necesita hacerse realidad para ser un placer, que no necesita llevarse a cabo para proporcionar el placer que se espera de un deseo, porque tan sólo el acto de desear es un placer en sí.
Lo dije una vez y lo reafirmo: cuando dejas de desear, te das cuenta de que desear es un placer en sí mismo.
Moraleja: desea cuanto puedas.

1 comentario:

  1. interesante esta reflexión tuya, pero añadiría un pequeño matiz, disfrutar con la idea del deseo es estupendo, pero si quieres llevar a cabo tus deseos y estos no se cumplen, la frustración que esto genera te puede hacer sufrir mucho y convertirte en una amargada, asi que desea cuanto puedas, sí, pero siendo consciente de que no siempre tus deseos se harán realidad. Besos solete.
    Comix
    Una de las ideas ó dogmas, como quieras llamarlo, del budismo es precisamente lo contrario de lo que tú dices: no hay que desear aquello que no puedes ser ó tener, así no seras infeliz, y en parte algo de razón tienen. Todos, en algún momento de nuestra vida hemos deseado ser ó tener ó hacer algo diferente y mejor de lo que somos ó tenemos y cuando te das cuenta de que no puede ser, sufres. Hay que aprender a aceptar lo que uno es y ser feliz con ello, sin desear imposibles.

    ResponderEliminar